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martes, agosto 30


¿PLANEA CHINA DETENCIONES SECRETAS?
THE DIPLOMAT – Asia Pacífico
29 de agosto de 2011

China está considerando cambios a sus leyes de vigilancia domiciliaria que efectivamente permitan la detención de disidentes en lugares secretos.

Citando un artículo del oficial Legal Daily, AFP dijo que la policía “necesitaría permiso de un fiscal o de un organismo de seguridad pública para detener personas en un “lugar específico” en casos cuando ellos crean que mantenerlos en su hogar podría “obstruir la investigación”. Sin embargo, los cambios planeados no requerirían que la policía contactara a los miembros de la familia del sospechoso involucrado en seguridad nacional, terrorismo o casos de corrupción mayor “si esto pudiera obstaculizar sus investigaciones”.

“Si esta propuesta se convierte en ley, esencialmente legitimaría las desapariciones forzosas que hemos estado viendo cada vez más durante el pasado año” dijo Joshua Rosenzweig, el director del grupo de derechos Dui Hua con sede en Hong Kong.
Le pregunté a Kelley Currie, investigadora y especialista en China del Instituto Proyecto 2049 en Washington sobre su visión del plan. Dijo que la ley, aunque técnicamente es un endurecimiento de las reglas, en realidad es una simple vidriera para algo que ya existe.

“Ellos ya hacen esto, aún cuando la ley no lo permite. Entonces esto solo tendría el efecto de poner este comportamiento esencialmente ilegal -que es contrario a los niveles básicos de derechos humanos universales- bajo la ley china, creando un marco legal para la represión” dijo.

“Este es el modo en que ellos operan cada vez más: codificando y “legalizando” algo que va contra las normas internacionales y los derechos humanos básicos, pero que es perfectamente coherente con un sistema político autoritario bajo el que ellos están operando. Entonces pueden usar esos medios represivos contra la gente, diciendo todo el tiempo que está siendo hecho “según la ley”.

El cambio marca otro paso en el que ha habido una intensificación de la represión sobre el disenso en China, una represión que ha incluido redadas contra activistas de derechos y abogados, así como fuerte presencia de seguridad en potenciales puntos de conflicto. A principios de este año, por ejemplo, policía y oficiales de seguridad de civil inundaron Wangfujing, la popular calle comercial de Beijing, después de llamadas a una revolución Jazmín en China en el sitio web Boxun.

Esas llamadas murieron prontamente, pero los acontecimientos en curso en el mundo árabe, incluyendo el derrocamiento de Moammar Gadhafi en Libia, mantendrán a las autoridades chinas con un ojo cauteloso por la potencial propagación de los disturbios a China.

En efecto, como anota James Fallows en The Atlantic, la represión ha sido duramente eficaz “En febrero, un gran número de abogados en derechos humanos e intereses públicos del país fueron arrestados o detenidos, o fueron desaparecidos, en el estilo de Pinochet de Chile. Una vez que ellos se fueron, la gente que ellos podían haber representado y defendido –escritores, profesores, bloggers, activistas de distinto tipo- fueron arrestados o hechos desaparecer también”.

Indudablemente, de todos estos el de más alto perfil es el activista Ai Weiwei, quien fue detenido el 3 de abril en el aeropuerto de Beijing cuando estaba a punto de abordar un avión para Hong Kong. El misterio rodeó la detención de Ai, de quien las autoridades dijeron que había evadido impuestos, pero es mucho más probable que se haya debido al abierto criticismo de Ai contra las autoridades sobre temas de derechos.

Entre las condiciones de la liberación de Ai el 22 de junio, estuvo la de que él no podría hablar con la prensa extranjera y no podría usar sitios sociales de la red. A las seis semanas había roto el acuerdo, registrando una cuenta en Google Plus, antes de retomar Twitter otra vez. Y ahora él ha escrito una obra mordaz para Newsweek en la que compara a Beijing con una prisión, y a los pobres que arriban allí cada día buscando trabajo (los llama) sus residentes “esclavos”.

“Cada año millones vienen a Beijing a construir sus puentes, caminos y casas. Cada año ellos construyen una Beijing igual a la del tamaño de la ciudad en 1949. Ellos son los esclavos de Beijing” escribió. “Ellos ocupan estructuras ilegales que Beijing destruye mientras se expande. ¿Quiénes son los dueños de las casas? Aquellos que pertenecen al gobierno, los jefes del carbón, los principales de las grandes empresas. Ellos vienen a Beijing a dar regalos y los restaurantes, karaokes y saunas son muy ricos como resultado”.

También le pregunté a Currie por su visión sobre la obra escrita por Ai y el peligro inherente en la decisión de escribirla.

“Pensé que era increíblemente valiente pero también muy triste”, me dijo, “Su crítica social viene desde el punto de vista privilegiado de un verdadero artista de vanguardia, alguien que vive fuera de la corriente de cualquier sociedad burguesa o convencional, y entonces probablemente no registra lo que la mayoría de la gente en China o fuera. Pero esto habla a aquellos que están alienados por la sociedad y las aspiraciones que parecen guiar a la mayoría de las personas”.

Currie también tomó un punto planteado por Fallows, quien sugirió que “la irritable defensiva de la respuesta del gobierno recuerda la inseguridad del régimen de la primavera árabe”.

“Las autoridades saben que hay un creciente número de personas –especialmente jóvenes- que se sienten alienados con la sociedad china y que ellos pueden potencialmente relacionarse con el mensaje de Ai” dijo Currie. “Creo que esto es por lo que él los pone tan nerviosos, combinado con el factor de que no lo entienden ni a él ni a su arte ni a sus visiones políticas y no pueden posiblemente debido a su grave deficiencia en ironía”.

“Definitivamente él está tomando un riesgo al expresarse, pero no creo que se pueda detener a sí mismo. Él es un artista y un crítico social, y haciendo ambas cosas es como vive su vida, es como respirar para él. Si tuviera que dejar de hacer alguna de las dos cosas o ambas, sería, en un sentido, como dejar de vivir”.
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Tsewang PhuntsoOficial de Enlace para America Latina
OFICINA DEL TIBET