Libertad de expresión: un derecho que no es evidente
Ana Maria Clasing
Administración en exilio del Tibet:
La condición de apátridas refugiados de los tibetanos se ha visto revertida en parte gracias a la labor de SS. el XIV Dalai Lama quien, una vez otorgados a él y a su pueblo el asilo en India, ha priorizado siempre el que los tibetanos se organicen dentro de un gobierno democrático en el exilio y establezcan sus instituciones educacionales y religiosas.
S.S. el XIV Dalai Lama del Tibet ha querido que su pueblo no siga dependiendo de la institución de los Dalai Lamas, difícil tarea considerando la confianza y devoción que el pueblo del Tibet siempre ha depositado en la figura de sus Dalai Lamas. El interés de éste sin embargo, no ha sido otro que inducir a su pueblo a la madurez y a la responsabilidad, estimulándolos al ejercicio democrático de sus derechos y deberes como ciudadanos del mundo.
Instalados en el exilio en 1959 y creado un gobierno democrático en el año 2001 - éste - continúa sobre las sólidas bases plantadas por S.S. el Dalai Lama en la diáspora. La elección de un primer ministro sometida a votación popular entre los tibetanos exiliados es una muestra de esta madurez.
El pasado 3 de Octubre , tibetanos en exilio se dirigieron a las urnas para elegir a los nuevos miembros del parlamento y a su próximo primer ministro. Estas elecciones se realizan cada 5 años y constituyen una muestra legítima de un gobierno en exilio operante y democrático que desea mantener a su población en exilio activa y políticamente informada.
Esta primera instancia de las elecciones culminará el 20 de marzo de 2011, en donde el nuevo parlamento de 44 miembros y el primer ministro serán finalmente electos.
El poder ejecutivo, el Kachag es el cuerpo de la administración central del Tibet en exilio, cuyos miembros son elegidos cada 5 años en elecciones libres; y votan todos los ciudadanos inscritos dentro de todas las comunidades de tibetanos exiliados en el mundo. Este año los inscritos fueron 79.449 personas quienes expresaron sus preferencias frente a una larga lista de candidatos.
44 serán los nuevos miembros del parlamento o Chidü, que tomarán posesión de sus cargos junto al nuevo primer ministro el próximo 15 de Agosto de 2011.
Interesante ejercicio democrático, el cual facilita a la comunidad tibetana el permanecer cohesionados frente a los intereses de sus comunidades en exilio.
Curiosamente estas elecciones sin embargo, han sido interrumpidas en Nepal con la confiscación de votos ocurrida el día del sufragio
Según la fuente, un oficial de la policía nepalí declaró: “los refugiados tibetanos no tienen derecho a realizar elecciones de ningún tipo y la redada que confiscó los votos, fue ordenada por el jefe oficial del distrito de Boudha en Katmandú.”
Es curioso porque surge la pregunta ¿Cuál es el interés en confiscar, porqué las redadas? ¿Cuál es el peligro que un grupo reducido de personas tibetanas en Nepal se acerquen a las urnas y voten libre y pacíficamente? Es evidente que la libertad de expresión ejercida aquí, se ha convertido para algunos en una “molesta comezón” al fin y al cabo hace mucho que tibetanos en su propio Tibet no tienen este derecho.
Los tibetanos refugiados suman alrededor de 150.000 personas de las cuales un gran número se encuentra en Nepal. ¿No tienen ellos derecho a expresarse con respecto de su gobierno en exilio, que funciona en India/Dharamsala?
Cabe señalar que las elecciones no se fundamentan en partidos políticos sino que en representaciones regionales y religiosas. En el gobierno en exilio no existen partidos políticos como tal; solo grupos con posturas enfocadas principalmente a informar a la población tibetana en exilio sobre los procederes en cuanto a la preservación de su cultura e identidad.
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