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martes, febrero 22


Libertad de expresión: un derecho que no es evidente

Ana Maria Clasing

Administración en exilio del Tibet:

La condición de apátridas  refugiados de los tibetanos se ha visto revertida  en parte  gracias a la labor de SS. el XIV Dalai Lama quien,  una vez otorgados  a él y a su pueblo  el asilo en India,  ha priorizado siempre  el que los tibetanos se organicen dentro de un gobierno democrático en el exilio y  establezcan sus instituciones educacionales y religiosas.

S.S. el XIV Dalai Lama del Tibet ha querido que su pueblo  no siga dependiendo de la institución de los Dalai Lamas,  difícil tarea considerando  la confianza y devoción que el pueblo del Tibet siempre  ha depositado en la figura de sus Dalai Lamas.  El interés de éste  sin embargo,  no ha sido otro que inducir a su pueblo a la madurez  y a la responsabilidad,  estimulándolos al ejercicio democrático de sus derechos y deberes como ciudadanos del mundo.

Instalados  en  el   exilio en 1959 y creado un gobierno democrático  en el año 2001 - éste - continúa sobre las sólidas bases plantadas  por S.S. el Dalai Lama en la diáspora.  La elección de un primer ministro sometida a votación popular entre los tibetanos exiliados es una muestra de esta madurez.

El pasado 3 de  Octubre ,  tibetanos en exilio se dirigieron a las urnas para  elegir a los nuevos miembros del parlamento y a su próximo primer ministro. Estas elecciones se realizan cada 5 años y constituyen  una muestra legítima de un gobierno en exilio operante y democrático que desea mantener a su población en exilio activa y políticamente informada.

Esta primera instancia de las elecciones culminará el 20 de marzo de 2011, en donde el nuevo parlamento de  44 miembros  y el primer ministro serán  finalmente electos.

El poder ejecutivo, el Kachag es el cuerpo de la administración central del Tibet en exilio, cuyos miembros son elegidos cada 5 años en elecciones libres;  y votan todos los ciudadanos inscritos dentro de todas las comunidades de tibetanos exiliados en el mundo. Este año los inscritos fueron 79.449 personas  quienes expresaron sus preferencias  frente a una larga lista de candidatos.

44 serán los nuevos miembros del parlamento  o Chidü, que  tomarán posesión de sus cargos junto al nuevo primer ministro el próximo 15 de Agosto de 2011.

Interesante ejercicio democrático, el cual facilita a la comunidad tibetana el permanecer cohesionados frente a los intereses de sus comunidades en exilio.

Curiosamente estas elecciones sin embargo, han sido interrumpidas en Nepal con la confiscación de votos ocurrida el día del sufragio

Según la fuente, un oficial de la policía nepalí  declaró: “los refugiados tibetanos no tienen  derecho a realizar elecciones de ningún tipo y  la redada que confiscó los votos,  fue ordenada por el jefe oficial del distrito de Boudha en Katmandú.”

Es curioso porque surge la pregunta ¿Cuál es el interés en confiscar, porqué las redadas? ¿Cuál es el peligro que un grupo reducido de personas tibetanas en Nepal se acerquen a las urnas y voten libre y pacíficamente?  Es evidente que  la libertad de expresión  ejercida aquí,  se ha convertido para algunos en una “molesta comezón”  al fin y al cabo hace mucho que tibetanos en su propio Tibet no tienen este derecho. 

Los tibetanos refugiados suman alrededor de 150.000 personas de las cuales un gran número se encuentra en Nepal. ¿No tienen ellos derecho a expresarse con respecto de su gobierno en exilio, que funciona en India/Dharamsala?

Cabe señalar que las elecciones no se fundamentan en partidos políticos sino que en representaciones regionales y religiosas. En el gobierno en exilio no existen partidos políticos como tal;  solo grupos con posturas enfocadas principalmente a informar a la población tibetana en exilio sobre los procederes en cuanto a la preservación de su cultura e identidad.