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martes, marzo 11

del Diario La Vanguardia de España

El Dalai Lama denuncia la represión en Tíbet Rafael Poch Pekín. Corresponsal 11/03/2008 Actualizada a las 17:58h Hace 49 años, el joven Dalai Lama, disfrazado y escoltado por un grupo armado de guerrilleros khampas (tibetanos del oeste), escapó de Tibet y cruzó la frontera india, enfundado en un abrigo y un grueso gorro de piel. Comenzaba así un exilio largo exilio, que continúa hoy. En el 49 aniversario de aquel evento, y a sólo cinco meses de los juegos de Pekín, el líder religioso tibetano emitió el viernes una de las declaraciones más beligerantes que se recuerdan contra China, y lo que es más significativo, contra los juegos olímpicos de Pekín. Seguir leyendo noticia En un discurso ante sus partidarios pronunciado en el cuartel general del exilio tibetano en India, en Dharamsala, el líder religioso tibetano evocó, "las enormes e inimaginables violaciones de los derechos humanos cometidas por China en Tíbet", que llegan a "la negación de la libertad religiosa". "En los últimos años, Tíbet ha sido escenario de una represión y de una brutalidad crecientes, entre grandes violaciones de derechos humanos, negación de libertades religiosas y politización de los asuntos religiosos", dijo. "Desde hace cerca de seis décadas, los tibetanos han tenido que vivir en un estado de miedo constante bajo la represión china", afirmó. "Pese a esta desgraciada evolución, sigo decidido a proseguir mi política de 'vía intermedia'", añadió el Dalai Lama, refiriéndose a la fórmula que expresa la posición más conciliadora que defiende desde que, años atrás, renunciara a la independencia de Tibet.El líder religioso, que la semana pasada fue acusado por las autoridades tibetanas de promover el "sabotaje" de los juegos de Pekín, reconoció el derecho de China a organizarlos, pero lanzó un claro guiño a sus partidarios para que utilicen el evento para denunciar a China."Además de enviar a sus atletas, la comunidad internacional debería recordar estas cuestiones al gobierno chino", dijo. "China debe comportarse como un buen anfitrión olímpico garantizando esas libertades", añadió. En noviembre, en respuesta a nuevas normas chinas para supervisar la reencarnación de "budas vivientes", el Dalai Lama, de 72 años de edad, dijo que si moría en el exilio su sucesor sería designado fuera del territorio tibetano